CONOZCA A MO

Mo, que ahora tiene 9 años, fue rescatado de un refugio en East Orange, NJ. Fue traído desde el sur con sus 2 hermanos, Manny y Curly. Mo fue el último en irse debido a que tenía demodex(una infestación común de la piel del perro con ácaros diminutos en forma de cigarro y de ocho patas). El rescatador de Mo le dio mucho cariño durante el tratamiento, y todo su pelaje volvió a crecer y se convirtió en el guapo hombre que es hoy.

A partir de ese momento, la madre de Mo quiso devolverle el favor, ya que se sentía muy feliz y bendecida de que Mo formara parte de su vida.

Mo cumplía perfectamente todos los requisitos caninos para ser donante de sangre, así que su madre pensó que era la forma perfecta de ayudar a otras mascotas. Tras su análisis de sangre, Mo fue clasificado como DEA 1 Negativo, lo que le convirtió en un excelente candidato para la donación de sangre.

En el transcurso de 2 años y medio, Mo donó el máximo para salvar el mayor número de vidas. También donó a 2 perros pequeños que fueron traídos a nuestro hospital desde Control de Animales. Salvó 2 vidas en un día y se alegró de hacerlo.

LA HISTORIA DE OSO

¿Sabía que cada unidad de sangre donada puede ayudar a salvar la vida de hasta tres perros sometidos a cirugía, tratados por un traumatismo, expuestos a sustancias tóxicas o que padecen trastornos sanguíneos como anemia o hemofilia?

Sólo hay que preguntar a perros como Oso, que llegó a urgencias tras ser atropellado por un coche.

Aunque no tenía ninguna fractura que pusiera en peligro su vida, el traumatismo le hizo sangrar en los pulmones y en el abdomen. Esta pérdida de sangre fue de tal magnitud que fue necesaria una intervención quirúrgica de urgencia para identificar si se había dañado algún vaso importante. Sin embargo, Oso no estaba lo suficientemente estable como para entrar en el quirófano, debido a su enorme hemorragia. Se le administró una transfusión de sangre para que pudiera someterse a la cirugía necesaria. Además, la hemorragia había provocado un recuento de plaquetas muy bajo, lo que hacía aún más peligrosa la cirugía. Para corregir esto, también se administró plasma para ayudar a controlar la hemorragia durante la cirugía, en la que se descubrió que la hemorragia era de un músculo desgarrado que no era fácilmente reparable. Se aplicó un agente hemostático para ayudar a controlarla.

Oso se recuperó bien, gracias a la combinación de la sangre y los productos hemostáticos que recibió. Estuvo varios días en el hospital, pero siguió mejorando a medida que empezaba a curarse ante la estabilización inicial proporcionada. En varios días se encontraba lo suficientemente bien como para continuar con los cuidados en casa, y volvía a ser el mismo de siempre en el momento de la revisión. Desde entonces, Oso no ha tenido ningún problema destacable y se ha recuperado completamente sin efectos a largo plazo. Sin las transfusiones de sangre, Oso probablemente no habría superado la operación, y sin la cirugía, probablemente habría sangrado demasiado para poder seguir adelante. Al igual que en la medicina humana, la administración de productos sanguíneos es a menudo clave para tratar a los pacientes urgentes y salvar realmente vidas.

LA HISTORIA DE OSO

¿Sabía que cada unidad de sangre donada puede ayudar a salvar la vida de hasta tres perros sometidos a cirugía, tratados por un traumatismo, expuestos a sustancias tóxicas o que padecen trastornos sanguíneos como anemia o hemofilia?

Sólo hay que preguntar a perros como Oso, que llegó a urgencias tras ser atropellado por un coche.

Aunque no tenía ninguna fractura que pusiera en peligro su vida, el traumatismo le hizo sangrar en los pulmones y en el abdomen. Esta pérdida de sangre fue de tal magnitud que fue necesaria una intervención quirúrgica de urgencia para identificar si se había dañado algún vaso importante. Sin embargo, Oso no estaba lo suficientemente estable como para entrar en el quirófano, debido a su enorme hemorragia. Se le administró una transfusión de sangre para que pudiera someterse a la cirugía necesaria. Además, la hemorragia había provocado un recuento de plaquetas muy bajo, lo que hacía aún más peligrosa la cirugía. Para corregir esto, también se administró plasma para ayudar a controlar la hemorragia durante la cirugía, en la que se descubrió que la hemorragia era de un músculo desgarrado que no era fácilmente reparable. Se aplicó un agente hemostático para ayudar a controlarla.

Oso se recuperó bien, gracias a la combinación de la sangre y los productos hemostáticos que recibió. Estuvo varios días en el hospital, pero siguió mejorando a medida que empezaba a curarse ante la estabilización inicial proporcionada. En varios días se encontraba lo suficientemente bien como para continuar con los cuidados en casa, y volvía a ser el mismo de siempre en el momento de la revisión. Desde entonces, Oso no ha tenido ningún problema destacable y se ha recuperado completamente sin efectos a largo plazo. Sin las transfusiones de sangre, Oso probablemente no habría superado la operación, y sin la cirugía, probablemente habría sangrado demasiado para poder seguir adelante. Al igual que en la medicina humana, la administración de productos sanguíneos es a menudo clave para tratar a los pacientes urgentes y salvar realmente vidas.

Algunos casos en los que nuestros animales de compañía pueden necesitar una transfusión de sangre son

• Trauma
• Cirugía
• Exposición a rodenticidas u otras toxinas (venenos)
• Anemia

Nuestro banco de sangre proporciona numerosos productos sanguíneos caninos como:

• Glóbulos rojos empaquetados
• Plasma fresco congelado
• Sangre completa